Homeoterapia

Para recuperar el equilibrio perdido, agradecemos la mano que nos induce con respeto, pero rechazamos la que nos empuja con prepotencia.

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Homeospagyria

Se trata de un sistema ideado y codificado por el doctor en farmacia Juan Carlos Avilés, basado en la Medicina Tradicional de Occidente y especialmente en la Spagyria de Paracelso.

En su concepción de base, aúna dos nociones para dar respuesta a la compleja estructura y fisiología de las enfermedades.

  • Siendo el prefijo "homeo" una manera de afirmar qué tipo de terapéutica se sigue, es decir, de tratar a las alteraciones orgánicas con sus respectivos "semejantes": Similia similibus curantur, lo semejante se cura con lo semejante.
  • Y, por otro lado, el término "Spagyria", haciendo alusión a la manera de proceder con esa materia prima "semejante", respecto a su obtención, manipulación (solve et coagula, "separa y reúne", en latín, en alusión a eliminar lo no necesario para quedarse con lo efectivo) y transformación en el producto buscado.

Pero esto sólo forma parte de la denominación de un método que abarca mucho más y, que se desarrolla para equilibrar la composición triádica (tres cuerpos en uno) de la persona: física, energética y mental. Conformando un conocimiento especial con una visión, estudio y aplicación holística del ser humano. 

Sales de Schussler

El doctor alemán Willhelm Heinrich Schüßler (1821-1898), a partir del análisis de las cenizas de cadáveres, identificó la presencia de 12 sales diferentes en los tejidos y órganos vivos. Así, en el tejido muscular encontró, básicamente, fosfato de potasio (Kalium phosphoricum) y fosfato de magnesio (Magnesium phosphoricum); en las membranas mucosas cloruro potásico (Kalium chloratum); y en el tejido óseo fosfato cálcico (Calcium phosphoricum).

Con los conocimientos de homeopatía que poseía desarrolló la terapia con sales minerales que hoy conocemos con el nombre de "Sales de Schüssler", "Sales bioquímicas" o "Sales minerales terapéuticas".

Acuñó el término "bioquímica", como unión de "química" o estudio de los elementos y "bios" que significa "vida", en relación a los procedimientos y reacciones que se realizan naturalmente en el organismo, como es la respiración, la digestión o la circulación. Pero la "bioquímica" también abarca a la terapia con "Sales de Schüssler", ya que asocia una disfunción orgánica con una sal de base -constituyente de dicho órgano-, convirtiéndose en un "remedio de base". Así, para problemas relacionados con el sistema muscular, las sales utilizadas son el fosfato de potasio y el fosfato de magnesio, porque forman la base de éste sistema biológico.

La terapia se limita a las doce sales minerales que tenemos en el organismo, y que se reponen de manera natural con la alimentación. Cuando se producen desequilibrios en su ingesta, debemos recurrir a la suplementación con sales, ya que el remedio se torna más efectivo y rápido.

Oligoterapia

El cuerpo está constituido, entre otros elementos, por minerales, en distintas cantidades, según el papel biológico que representan, así el calcio (Ca) tiene un "peso" de entre 1kg y 1'5 kgs, repartidos entre los huesos y los dientes en un 99%, mientras que el manganeso (Mn) sólo "pesa" entre 15 y 20 mg, pero está muy relacionado con las degeneraciones articulares y de los discos intervertebrales. Por estas diferencias de "peso" tan grandes entre unos elementos y otros se estableció una clasificación en dos grupos:

  • Elementos mayores, para el calcio (Ca) y otros 11 elementos más.
  • Oligoelementos ("oligo" = poco, del griego), formados por 18 elementos.

Que no os engañe su "tamaño" al compararlos con sus hermanos mayores, ya que su papel biológico es fundamental para el buen desarrollo del cuerpo humano, de sus órganos y sistemas. Tomemos por ejemplo el caso del yodo (I), fundamental para el buen funcionamiento de la glándula tiroides y, sin embargo, sólo de 15 a 20 mg están presentes en nuestro organismo, eso sí, entre el 70-80% se lo lleva la glándula tiroides.

Una presencia tan pequeña en nuestro organismo no significa que sea despreciable, como ya hemos visto, sino que su aporte diario debe ser proporcional, siendo de 150 micro-gramos/día para el caso del yodo (I). Esta necesidad diaria es normalmente aportada por la alimentación, pero en ocasiones, se producen deficiencias que deben ser restauradas con suplementos, y es cuando recurrimos a estos productos denominados "oligoelementos" o "elementos traza" (trace-elements), como se les conoce en los países anglosajones.